Integración de la gestión del riego con la gestión ambiental. Las técnicas y prácticas de riego se desarrollan y se aplican con el objetivo de la producción agrícola pero al presente las condiciones de escasez de agua, la competencia por usuarios no agrícolas, la contaminación de acuíferos y de aguas superficiales, los impactos sobre humedales y el uso de aguas de baja calidad en riego dictan otras prioridades. Así, es necesario adaptar las técnicas y prácticas a responder tanto a los objetivos de producción como a los de calidad ambiental. Por lo tanto es necesario desarrollar, adaptar y aplicar herramientas de evaluación, de proyecto y de gestión de riesgos que conduzcan a la integración entre la gestión del riego con la gestión ambiental. Un ejemplo son las herramientas de decisión que relacionan modelos de simulación de impactos ambientales (como los modelos de transporte de solutos), con modelos de simulación del riego, que pueden permitir una mejor elección de las técnicas y prácticas de gestión de agua que se adaptan mejor al control de los problemas ambientales específicos de determinada área (caso de la salinidad o del uso de aguas residuales).
Integración de la gestión del riego con la economía de la producción. La mejora de la gestión del agua de riego es vulgarmente tratada teniendo como objetivos la mejora de varios indicadores de significado físico. Sin embargo, tanto los agricultores, como los gestores de sistemas de riego, tienen esencialmente una preocupación económica. Además, a nivel nacional e internacional, la presión para valorar económicamente el agua de riego es creciente. Así, hay que buscar y encontrar relaciones económicas ligadas a los indicadores de forma que permitan reconocer los beneficios financieros ligados a la mejora de la calidad de los sistemas de riego y los límites para los precios que los regantes pueden pagar por el agua. La utilización de evaluaciones de campo, de modelos de simulación y de modelos de decisión están entre las herramientas necesarias para desarrollar la integración entre la mejora de los riegos y la respuesta económica de la producción bajo riego.
Integración del riego en la explotación y los sistemas colectivos. Para mejorar el servicio de los sistemas colectivos es necesario crear información entre los agricultores y los gestores que permita ajustar los calendarios de distribución a los calendarios de riego de los agricultores. Para conseguir ajustar los volúmenes suministrados a los demandantes y que esto se produzca de forma optimizada, es también necesario mejorar conjuntamente la gestión de los sistemas colectivos y el riego en la parcela. Se pueden utilizar varias herramientas de simulación y de decisión, incluso integradas en plataformas SIG y en tiempo real.
ESPECÍFICOS.
Racionalizar el uso del agua en el regadío.
Minimizar la degradación de la calidad del agua por contaminación difusa debida a la concentración de sales y al uso de fertilizantes y agroquímicos o al uso de aguas de baja calidad.
Disminuir el consumo de agua en zonas con escasez de recursos, incluso promoviendo cultivos de bajas necesidades y con mayor valor agregado por unidad de agua consumida.
Contribuir a desarrollar una política concertada para la gestión sostenible de los recursos hídricos y de alocación del agua a usuarios en competición por la misma fuente de agua.
Intercambiar información y experiencias de buenas prácticas agrícolas en el regadío como elemento integrador de políticas sectoriales transnacionales.
Desarrollar sistemas de gestión, de información, de educación y de sensibilización sobre el uso racional del agua y los fertilizantes en el regadío.
Mejorar el equilibrio entre oferta y demanda de agua, particularmente en zonas sometidas a riesgo de sequía.