
El Ministerio de Salud de Costa Rica informó sobre el primer caso positivo por COVID-19 en el país el 6 de marzo de 2020.
La investigación de la Red Evaprop/CYTED revela la necesidad de fortalecer la comunicación gubernamental en salud.
La pandemia por COVID-19 no solo representó una crisis sanitaria, sino también una crisis informativa, en la que los gobiernos se vieron obligados a comunicar rápidamente en medio de un mar de desinformación. La red de investigación Evaprop del Programa CYTED impulsó un estudio retrospectivo en 2023 con el fin de motivar mejores prácticas en comunicación pública de la salud ante futuras crisis sanitarias. El análisis se enfocó en la comunicación gubernamental de ocho países de Latinoamérica en el momento en que se anunció el primer caso de COVID-19 en sus territorios.
La investigación fue realizada por Margoth Mena Young y Rodrigo Muñoz González, investigadores de la Universidad de Costa Rica, junto con Griselda Guillén Ojeda, de la Universidad Autónoma de Baja California. El estudio, publicado en julio de 2025 en Reflexiones, revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, se centró en los mensajes difundidos a través de notas de prensa y redes sociales, así como la respuesta inmediata de la población.
El análisis cualitativo incluyó a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, España, México y Panamá, y analizó publicaciones oficiales de cuentas institucionales en Facebook y Twitter, además de comentarios de la ciudadanía para identificar reacciones.
Con base en el análisis de los boletines de prensa, se rescata que Argentina, Brasil, Costa Rica y México proporcionaron información más detallada, incluyeron medidas de prevención para toda la población, el estado en el que el país se encontraba, y compartieron más datos sobre el paciente con el primer caso del virus. Por otro lado, Chile, Colombia, España y Panamá brindaron información más limitada, aspectos como las medidas de prevención tuvieron de poca a nula inclusión en los comunicados.
A pesar de que todos los países tuvieron transmisiones en vivo de sus conferencias de prensa, estas no tenían carácter interactivo, por lo que no respondieron dudas de la ciudadanía. Brasil fue el único país que respondió a comentarios y consultas realizadas en sus publicaciones, lo que evidenció la falta de estrategia digital, de acuerdo con el estudio.
Al ser una situación nueva, la mayoría de publicaciones tenían un enfoque más práctico, y carecían de explicaciones científicas. El objetivo era únicamente informar sobre ese primer caso y las medidas por implementar.
Las conferencias de prensa se realizaron en todos los países e informaban sobre la situación actual con el virus.
En cuanto a la reacción de la población, había 2 tendencias principales: por un lado, la crítica a la inacción y falta de anticipación de la llegada del virus al país, y por otro, los cuestionamientos sobre la cantidad de atención que se le daba al COVID-19 cuando, según algunos, existían problemáticas más urgentes.
La desinformación fue un factor clave en la reacción ciudadana frente a la COVID-19. Muchos usuarios interpretaron la crisis como una estrategia de los gobiernos para desviar la atención pública o controlar protestas. Otros difundieron teorías sobre la creación del virus en laboratorios o compartieron remedios caseros. Esta combinación de rumores y desconfianza fue reforzada por la falta de respuestas oficiales, lo que hizo que los usuarios se contestaran entre sí y compartieran información inexacta.
Además, la pandemia ocurrió en un momento de gran polarización política en los países analizados, por lo que la respuesta al virus y a las medidas sugeridas o implementadas también fue condicionada por el lugar ideológico desde el que se situaban las personas.
El grupo autor concluyó en el estudio que la comunicación de los gobiernos estaba enfocada en calmar los ánimos de la ciudadanía, además de que se vieron obligados a trabajar sobre un escenario caótico que significó desafíos adicionales.
A pesar de esto, añaden que la insatisfacción generalizada demuestra que es necesario mejorar la comunicación gubernamental en salud desde perspectivas científicas, de gestión de riesgo, de escucha activa a la población, y de consideración por el contexto social y político.
Para leer más sobre esta y otras investigaciones, puede visitar el sitio oficial de la Red de evaluación de procesos de gestión pública en pandemia y participación ciudadana (Evaprop) en https://www.cyted.org/evaprop.
Artículo elaborado por la periodista Sara Abarca Calderón / sara.abarcalderon@gmail.com